A través de una cerradura



Mi querida pequeña,

Hace dos semanas que no sé nada de ti. Me gustaría poder verte al menos a través de una cerradura, cómo duermes, cómo cantas o cómo haces la crocreta -tal y como me ha dicho tu profesora que te gusta hacer.

Tampoco sé nada de mi abogada en toda la semana, que está al parecer muy ocupada. Me ha recomendado que no negocie nada con tu madre y que espere a la sentencia del juez.

Estoy seguro de que te acuerdas de mi y, por lo que me dijiste hace dos semanas, aguardas con espectación el día en el que podamos vernos más a menudo.

Te estoy cuidando muy bien al conejito blanco, y le doy mucho de comer como me pediste.

Un abrazo enorme,
tu papá


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