
¡Querida Érika!
Anoche te pudiste quedar a dormir por tercera vez. Ya no te resistes tanto como cuando eras un bebé, y llorabas durante horas para evitar quedarte dormida. Ayer volviste a quedarte dormida a mi lado cuando te contaba un cuento de Paula y Érika. Ahora te escribo desde la casa que he alquilado en Caldes de Montbui. Estos han sido días muy duros de mudanza, compras, viajes, gestiones. De nuevo he visto la inconfundible mano de Dios protegiéndome en situaciones que me superaban. Me alegra mucho que apoye nuestra delicada relación de una forma tan evidente. Quedan por delante días muy duros también, durante los que deberé pagar mis deudas y recorrrer muchos kilómetros para ir al trabajo. Pero ya hemos podido cosechar parte del premio dando este paso. Los días errando de un parque a otro parece que ya son historia. El jueves estube visitando el Colegio El Calderí, al que ya va tu primita Paula -pude ver su clase, sus fotos, y hablar con su maestra. Me gustaría que fueses tú también allí en septiembre. El colegio hace mucho énfasis en la educación cívica, ecológica, emocional, etc, y es posible que por eso se quede un poco por detrás a nivel académico. No obstante creo que para los primeros años es mejor así. Estoy seguro de que cuando tengas que buscar trabajo, el éxito seguirá siendo la especialización y para eso no hay educación general que valga. Por otro lado también creo que te ayudaría mucho tener a Paula cerca. Pero es algo que tengo que defender delante de tu mamá, que prefiere otro colegio. Te cuento ¿vale?
Un besito,
Papa
Me alegro tanto...
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