Querida Érika,
No me apena que te escriba menos cuando pienso que ahora te digo las cosas al oido. El sábado te llevé a ver mi moto, a la que bautizaste 'Chico' -porque, como tú dijiste, "es negra, pero bonita".
No la conozco muy bien todavía y no era capaz de arrancarla cuando tú apretaste el botón del 'starter' y ¡pum!, ¡¡se encendió!!. Los dos nos quedamos impresionados y te llavaste un precioso recuerdo a la casa de tu madre. Eres muy lista, de verdad.
¿Sabes? Sigues poniéndote triste cuando tengo que llevarte a su casa y no puedo con ello. Estoy mirando posibilidades para encontrar trabajo aquí en Caldes de Montbui, más bien en casa, porque de otra forma no podría llevarte al colegio, ni nada. Ahora salgo de casa a las 6:30 de la mañana y vuelvo a las 19:30 de la tarde. Creo que tengo de momento dos o tres posibilidades.
Pero sobre todo yo creo que es posible porque me da la impresión de que cuento con la ayuda del Señor. Creo que le importas mucho. Y creo que apoya la idea y si eso es así nada se podrá oponer. Te lo he contado, porque no podía soportar tu tristeza, y te ha hecho mucha ilusión.
Quiero que sepas que ha sido un milagro que al menos podamos vivir el uno tan cerca del otro y que sin duda tenernos a los dos padres tan cerca es ya en sí una ventaja. Ahora podrías llegar a casa tú misma andando si te dejaramos. Quiero que sepas que eso ha sido sola y exclusivamente gracias a Dios. Pero si él quiere, tendremos mucho más. Él es un Dios muy generoso...
Te quiere,
Tu papá
Comentarios
Publicar un comentario