Querida Érika,
Ya estás casi completamente restablecida de una sucesión de resfriados e infecciones que te han tenido malita más de un mes. Este sábado estabas pletórica y lo celebramos llendo juntos al Aventura Park y al Parc de Catalunya. Estoy seguro de que en tus sueños habrás vuelto a revivir alguno de aquellos momentos en los que te encontrabas investigando dentro de aquel laberinto de colores, luces parpadeantes, rampas zigzagueantes, escaleras resvaladizas y puentes elásticos. Además una niña algo mayor que tú te quiso acompañar la mayor del tiempo, lo que te permitió sentirte más protegida. Las cuatro horas se pasaron como si hubiesen sido cinco minutos y cuando quise darme cuenta ya estabas dormidita en mis brazos. A menudo imagino que yo seré para ti algo parecido a eso, un sueño impredecible o un espíritu caprichoso, que entra y sale de tu vida dejando poco más que un recuerdo como rastro. Quiero que sepas que te quiero mucho Érika y que, si el Señor prospera mis esfuerzos aquí en Barcelona, pronto podré estar más tiempo contigo, tal y como tú también quieres.
Un beso enorme,
tu papá
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