
Querida Érika,
Ya sólo faltan 6 días para que pueda volver a verte. Espero que estés bien, como la última vez que hablé contigo por teléfono... te hace mucha ilusión hablar conmigo y tu dulce voz me sirve de medicina. Esta mañana me he despertado llamándote.
Voy a desayunar con el abuelito de Madrid. Se está haciendo mayor y a pesar de que pierde facultades también se ha acercado más a sus hijos y nietos. Él siempre me pregunta por ti aunque es muy difícil que coincidáis en sus viajes. Esta vez también vienen tus tres primitos de Málaga pero tu madre no ha querido que os veais.
Me gustaría aprovechar unos días de Agosto para viajar contigo a Málaga y que los puedas ver... ¡creo que te lo pasarías muy bien con ellos!. También mis compañeras del trabajo, a quienes les hablo constantemente de ti, me han pedido que te lleve. Tus primos tienen tu edad, también han oido hablar mucho de ti y aguardan el momento de volver a verte.
Recuerdo que la relación que yo tenía con mis primos Rafa y José Luis de La Solana era muy especial. Aunque sólo podía verlos en verano me llenaba de ilusión esperar esos días durante todo el año. Cuando somos pequeños los lazos que nos unen a nuestros seres queridos parecen estar hechos de otro material.
La última vez que estubimos juntos me dijiste que tu yayo Juan estaba malito de la barriga. Estoy seguro de que también le echas de menos.
Te quiere,
el papa
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