Todos estamos impresionados con los avances que haces. Entiendes casi todo lo que te decimos y observas todo lo que te rodea con muchísimo interés y tranquilidad. Hablas lo justo y necesario excepto cuando experimentas unos ocasionales momentos de alegría que me conmueven. Te he comprado muchos juguetes y visitamos muchos parques pero curiosamente el otro día tuviste uno de esos momentos en un paisaje aparentemente desolado donde sólo podías ver piedras y agua. Tu habitual mirada profunda y seria contrasta con tu pequeño y delicado cuerpecito. Ya no lloras en las clases de natación; en general haces bien en luchar por lo que quieres, llorando si es necesario... no te culpo. Pero también me agrada ver que entiendes fácilmente cuando ya no es necesario seguir llorando por algo. Es un equilibrio que espero que no pierdas nunca en este cambiante y contradictorio mundo en el que te toca vivir. Ayer te quedaste dormidita a mi lado. Cuando estás entre mis brazos me atormenta ver cómo se pierde tu inocencia y se diluye día a día al enfrentarte a la adversidad. Me da la impresión de que asumes enseñanzas como una esponja y me apena pensar que con ellas se pierden otras, quizás para siempre. No obstante entiendo que no puede ser de otra forma y me tranquiliza saber que al menos tienes a tu alrededor mucha gente que te quiere y te apoya. Te quiere, tu padre.
Todos estamos impresionados con los avances que haces. Entiendes casi todo lo que te decimos y observas todo lo que te rodea con muchísimo interés y tranquilidad. Hablas lo justo y necesario excepto cuando experimentas unos ocasionales momentos de alegría que me conmueven. Te he comprado muchos juguetes y visitamos muchos parques pero curiosamente el otro día tuviste uno de esos momentos en un paisaje aparentemente desolado donde sólo podías ver piedras y agua. Tu habitual mirada profunda y seria contrasta con tu pequeño y delicado cuerpecito. Ya no lloras en las clases de natación; en general haces bien en luchar por lo que quieres, llorando si es necesario... no te culpo. Pero también me agrada ver que entiendes fácilmente cuando ya no es necesario seguir llorando por algo. Es un equilibrio que espero que no pierdas nunca en este cambiante y contradictorio mundo en el que te toca vivir. Ayer te quedaste dormidita a mi lado. Cuando estás entre mis brazos me atormenta ver cómo se pierde tu inocencia y se diluye día a día al enfrentarte a la adversidad. Me da la impresión de que asumes enseñanzas como una esponja y me apena pensar que con ellas se pierden otras, quizás para siempre. No obstante entiendo que no puede ser de otra forma y me tranquiliza saber que al menos tienes a tu alrededor mucha gente que te quiere y te apoya. Te quiere, tu padre.
Comentarios
Publicar un comentario