
Mi querido y pequeño tesoro. Esta eras tú el sábado por la mañana, estubimos jugando con muchos globos rosas, comimos tarta y en definitiva ¡celebramos tu segundo cumpleaños por todo lo alto! Aunque estás un poco resfriada te lo pasaste muy bien y conociste a algunos amigos nuevos. Yo también lo pasé muy bien contigo, viendo un par de capítulos de Dora la Exploradora o peinando una de las muñecas que te regalaron. Al despedirnos te agarrabas a mi cuello para evitar que nos separásemos... no sabes cuanto lo siento. Esta semana empezarás las clases de natación. Quizá lo pases un poco mal, yo todavía recuerdo lo mal que lo pasé; días antes lloraba todo el rato y recuerdo que me moría de miedo sólo de pensarlo. Recuerdo que llegando a la piscina, el primer día, le dije a mi madre que ya no iba a llorar más porque no servía de nada. Lo recuerdo quizás porque ella se rió bastante, lo recuerdo como si fuese ayer. Me daría mucha pena que tubieses que pasar por ahí. Pero luego he disfrutado mucho poder nadar con facilidad y creo que tú también lo disfrutarás. Podrás meterte en el agua sin miedo a ahogarte, imagina tener siempre ese miedo... Yo recuerdo muy bien este verano que en la piscina del camping, te di la espalda un segundo, y al volver la mirada a ti ¡sólo ví tus enormes ojos debajo del agua!. Gracias a estas clases no tendrás que pasar nunca más por algo así... Te queremos mucho Érika ¡Un beso enorme!
Comentarios
Publicar un comentario