
Querida hija: He podido pasar contigo 4 memorables días y dentro de dos semanas podré volver a verte y pasar mis vacaciones contigo. ¡No sabes cuánto lo deseo! Continúo mis negociaciones para poder cambiar mi trabajo a Barcelona a pesar de que la crisis que azota a todo el mundo no me lo ha puesto fácil. Tu también, a pesar de la crisis, creces fuerte, sana y guapa. Hemos repetido el viaje al parque acuático donde has disfrutado las atraciones todavía más. Lo entiendes casi todo y lo solucionas con un contundente "no", con un sutil movimiento de cabeza o con un ágil movimiento del brazo. He vuelvo a asombrarme de tus adelantos viendo cómo a tus 18 meses ¡te comes la papilla tú solita!. ¡Y eso que agarrar la cucharilla no es para ti ahora mismo un trabajo fácil! Cada día le doy gracias a Dios porque me ha permitido tenerte a tí y porque sé que está cuidándote en todos los sentidos mucho mejor de lo que lo podría hacer yo. Tu madre, tu yaya y tu bisabia también te cuidan, te quieren mucho y se admiran de tu prudencia. Estoy muy contento de que las tengas a ellas también. Te quiere, papá.
Comentarios
Publicar un comentario