Mi querida Érika. La semana que viene te podré ver al fin otra vez. Te echo tanto de menos. Estoy muy emocionado aunque por otro lado también me turba y paraliza mucho no poder verte tan a menudo como me gustaría. La vida en general no está hecha a la medida de nuestras espectativas, lo sabemos todos, pero es especialmente duro cuando haces un gran esfuerzo y no tienes ningún resultado satisfactorio. Si alguna vez tú también tienes miedo porque no puedes conseguir algo que quieres mucho no permitas que el miedo te domine, tómate tu tiempo para indicarle al miedo la salida, siéntate con tranquilidad y traza un buen plan usando el consejo de otros si es posible. Espero poder estar ese día a tu lado por si puedo ayudarte yo también. En la historia que toca para hoy Agraham se entera de que han secuestrado a su sobrino Lot. Si recuerdas, Lot se había separado de Abraham eligiendo la tierra aparentemente más próspera. Pero claro sólo lo era en apareciencia: "Uno de los que habían escapado le informó todo esto a Abram el hebreo, que estaba acampando junto al encinar de Mamré el amorreo. Mamré era hermano de Escol y de Aner, y éstos eran aliados de Abram. En cuanto Abram supo que su sobrino estaba cautivo, convocó a trescientos dieciocho hombres adiestrados que habían nacido en su casa, y persiguió a los invasores hasta Dan. Durante la noche Abram y sus siervos desplegaron sus fuerzas y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Hobá, que está al norte de Damasco. Así recuperó todos los bienes, y también rescató a su sobrino Lot, junto con sus posesiones, las mujeres y la demás gente. Cuando Abram volvía de derrotar a Quedorlaómer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el valle de Save, es decir, en el valle del Rey. Y Melquisedec, rey de Salén y sacerdote del Dios altísimo, le ofreció pan y vino. Luego bendijo a Abram con estas palabras:
«¡Que el Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra, bendiga a Abram! ¡Bendito sea el Dios altísimo, que entregó en tus manos a tus enemigos!»
Entonces Abram le dio el diezmo de todo.
El rey de Sodoma le dijo a Abram: —Dame las personas y quédate con los bienes. Pero Abram le contestó: —He jurado por el Señor, el Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra, que no tomaré nada de lo que es tuyo, ni siquiera un hilo ni la correa de una sandalia. Así nunca podrás decir: "Yo hice rico a Abram." No quiero nada para mí, salvo lo que mis hombres ya han comido. En cuanto a los hombres que me acompañaron, es decir, Aner, Escol y Mamré, que tomen ellos su parte"
Y hasta aquí la hisoria de hoy. Te quiero mucho mi vida, ten cuidado y mucho ánimo hasta la victoria siempre. Un beso.
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